Fundas

‘¡Qué engaño la vida, Gema!’, me acaba de decir entre lágrimas mi suegra. ‘Disfrutad ahora, salid, aprovechad!. Te pasas toda la vida trabajando sin parar y cuando te jubilas, te das cuenta que se te ha pasado lo mejor, que ya no puedes hacer lo que querías hacer’.

Esperando, así nos pasamos la vida, sin darnos cuenta de que esperando lo que se pasa es la vida.

Creo que es una utopía pero… ¿y si lo intentamos?.

Vivir sin esperar nada. Vivir sin pensar en mañana. Disfrutar cada invierno sin tener la vista en el próximo verano. Vivir cada verano sin pensar que después volverá el invierno. Mirar menos el reloj.

Ésto no es un videojuego en el que si nos matan no pasa nada porque tenemos más vidas… Aquí solo tenemos una vida, una oportunidad para hacerlo bien.

Nos compramos un móvil precioso, del color que más nos gusta y al día siguiente lo metemos en una funda, normalmente fea con ganas, pero que protege. Y dejamos de ver el móvil y el color que nos gustaba.

Nos compramos un sofá de revista, en blanco roto, ¡qué bonito!, un poco sucio pero no importa es el color que queremos. Al día siguiente, le ponemos un cubre sofá para protegerlo. Y ya ni sofá ni blanco roto.

Y cuando un día por fín nos animamos a quitarles la protección y disfrutarlos tal cual, resulta que ya no nos gustan tanto, porque aún protegidos han envejecido o ya no funcionan.

¿Estamos tontos o qué?. No nos hemos enterado todavía, está claro.

Deja un comentario